Hoy me percaté de lo triste que es, que en el portalápices de mi mesa de trabajo, además de lápices, marcadores, reglas, tijeras y uno que otro atornillador, haya una lupa….

Desde hace tiempo que detengo mi día y junto a Ema nos enganchamos con alguna serie de teenagers americana, de esas con secundaria, prepa, football (americano), béisbol, Texas o NYC. Nos quedamos tratando de descifrar que ocurre capítulo tras capítulo, conversamos que es lo que le ocurre a ella, a sus amigos, como lo resuelven.

Recuerdo que caminaba con mi mejor amigo desde casa hasta el supermercado, comprábamos un paquete de galletas y caminábamos por el parque Tobalaba hasta Providencia y volvíamos a Bilbao, de seguro jurando que eso sería así siempre. Nos sentábamos en una banca de la plaza y si había guitarra soñábamos cantando, imaginando que siempre había alguien escuchando. Tristemente eso ya no está, Lobo del Aire desapareció, la melancolía de Jean Michael Vicent se apoderaba de mis notas y terminaba en una interminable escala repetitiva que desde el balcón de mi pieza irradiaba y que hasta mi guitarra odiaba.

Al final sean los 80, 90, o lo que sea, las alegrías y angustias se repiten, en otras plazas, otras bancas, otras ventanas, y termino pensando… ¿Tendrán mis chicos una ventana o una banca donde todo eso que define la urgencia de la vida se hable?, ¿que música compone la banda sonora de sus sueños?.

Mi conversación con Ema termina conmigo diciendo "Kimberlina, en la vida no hay una Riley o una Maya, más bien un día somos Maya y otros Riley. Que tengas buenas noches y que mañana sea un día Riley"

Y mientras escucho la que es mi banda sonora esta noche… (Spotify List) recibo un mensaje….

Yo también te amo….