Amanece temprano en Quinto de Treviso y como es mi costumbre (excepto en casa) lo primero es abrir las cortinas y conectarse con el día. Luego la música. Mientras armo la maleta suena un par de veces Melody Gardot hasta que decido que Miles será mejor compañía.
Pensar a esta hora del día es un privilegio, recordar el camino que me trajo hasta aquí, ver la tremenda diferencia que existe entre las personas de los distintos rincones, preguntarte por ejemplo por que las chicas italianas ni siquiera se percatan que existes, en cambio las rusas te coquetean, o por que no hay italianos en Venezia o darte cuenta del sospechoso parecido que existe entre la arquitectura de Venezia Isla y la Medina de Casablanca con sus extremadamente angostas callejuelas. En fin son viajes pesados a veces, pero es mundo que conocer, y eso no puede menos que agradecerse. Arrivederci!!!!

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El botecito del fondo es el Queen Elizabeth, es Venecia, fin del Verano, de noche y caia una lluvia torrencial. Muchos creyeron que vine a tomar desayuno a Treviso, pero serán 2 desayunos. Lo se venir a Italia por dos dias parece pecado, pero es algo a lo que me estoy empezando a acostumbrar.
Visitar la Piazza San Marcos con de noche, en lo que lo mas iluminado era un publicitario de Moet-Chandon con Scarlett Johanson que me hará fanático del espumante francés, es imperdible.
La vuelta en un vaporetto, con lluvia truenos y relamparas todo un panorama.
Me queda pendiente la luz, la pizza y las máscaras.