Es China, es Wuxi, es una central nuclear a pocas cuadras del hotel donde estamos. Es la quinta central termonuclear que vemos y todas usan algún afluente para enfriar los reactores y dada la

estimación del consumo serán muchas en el futuro. No deja de ser impactante, atemorizante es la ultra teconologia en medio de la pobreza.
Esto aleja aun mas la imagen (o mas bien la postal) de una China sabia, luminiscente y ancestral. La China que hemos conocido es mas bien el reflejo de una cultura milenaria herida por una postmodernidad comunista avasalladora y uniforme, que ha trastocado su ser y desde el orgullo ha empezado a devastar a China y desde allí al mundo, como el Imperio que siempre ha sido.
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