El tiempo y la Navidad…

Habitualmente durante este tiempo, hago dos cosas que podrían considerarse como algo crecano al ritual:

  1. Espero a la tarde previa a Navidad y me paso a un centro comercial, no ha comprar, si no a observar el conglomerado de gente que transita los miles de pasillos, y las caras de satisfacción, incredulidad, rabia, desencanto, entrega, preocupación, urgimiento, cansancio, etc, etc. Me siento y miro y trato de imaginar como será la nochebuena para cada persona que veo… Esa tarde generalmente no hay niños, sólo adultos desesperados por aprovechar el minuto que tienen para cumplir con el compromiso y llegar con el ansiado regalo.
  2. Me dejo seducir por la música y cuelgo de este blog algún disco alusivo. Un disco que sea nocedoso en algún sentido, con alguna reflexión de este tiempo y la música que nos acompaña. Creo que es la forma que he cultivado de estar presente con un presente.

Este año no hice ninguna de las dos, por falta de tiempo.

Y durante este período me han sucedio cosas que considero sintomáticas:

  1. Hace unos días comenzé a leer un libro llamado «El aroma del tiempo», que no trata de otra cosa cosa mas que de esta mismo tema, la inmediatez de las cosas, la falta de pausa, al final, la relegación del ser sometido a un tener desmezurado.
  2. El día de navidad temprano, recibí un regalo de alguien que admiro mucho. Ese regalo era una reflexión algo más amplia y profunda que el mero hecho de tener tiempo, pero ya sea porque estaba en el tema o porque su propia reflexión me llevó hasta allí, me habló de la relación entre los rituales y el tiempo.
  3. Y durante nochebuena, parte importante del tema de conversación giró en tormo al mismo tema. Tanto así que la conversación se alargó hasta que nos hicieron un «último llamado» para sentarnos a la mesa a cenar.

Que doloroso darse cuenta que no tenemos tiempo para darnos tiempo….

 

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