Hace unos días Steve Jobs anunció su retiro de la presidencia de Apple, dejando una incógnita sobre la paradoja de mercado única que logró crear: nos despluma, pero lo amamos igual.
Durante los 90′, cuando Jobs no volvía a ocupar el puesto de CEO en Apple, la marca de la manzana sobrellevó una serie de cambios en su liderazgo que resultaron en productos altamente costosos que difícilmente entraban en el mercado. Con la vuelta de Jobs, Apple cambió radicalmente esta situación, ahora comercializan productos altamente costos que TODO el mundo desea.
Como Steve Jobs logró este cambio? Partiendo de su obsesión. Jobs es como un Oscar Wilde del mundo IT: obsesionado por la superficie de las cosas, sin disculpa, muchas veces primando la forma sobre la función. Logró industrializar lo «cool». Y con una visión ciertamente única, llevó este modelo a la «función», logrando por ejemplo, que hoy iTunes y sus dispositivos asociados, dominen cerca del 70% del mercado de la descarga legal de música.
Aun mas, la industria fonográfica debiera rendirle tributo a la figura que creó el modelo de negocios que los ayudó a no perder la batalla contra la descarga ilegal o los P2P.
Lo que no deja de llamarme la atención es como los consumidores seguimos embrujados con sus gadgets a pesar de lo que le juega en contra: cables de conexión propietarios, costosos y que no sirven para ningún otro dispositivo; su negativa de incluir Adobe Flash en sus dispositivos «touch»; la urgencia por liberar dispositivos que rápidamente necesitan actualizaciones; o porque el iPad1 no tenia cámara frontal y el iPad2 si (seguro que pudo haber sido incluida en la primera versión).
Por supuesto, siempre podemos hacernos a un lado, pero indudablemente, hemos transferido a Apple mas dinero del que necesitabamos.
Shelley Palmer plantea que mas que una compañía, Apple es un culto. Y sabemos que los cultos se mantienen mas allá de sus fundadores. Lograra Tim Cook mantener el embrujo?
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