Llegamos sanos y salvos a Los Ángeles. Pese a las insistentes amenazas de fin del mundo, hubo aeropuerto, policía de inmigración, y finalmente hermana, cuñado y sobrinos.
La primera salida, al día siguiente de llegar, el zoológico de San Diego. A ciertas horas de Irvine (donde estamos parados) llegar no fue difícil, lo complejo fue permanecer parado sin flaquear.